Ciclo de vida de las colonias de abejas
Primavera
Las reinas que han hibernado emergen, normalmente a mediados o finales de abril y principios de mayo. Las reinas son ahora esencialmente solitarias, fundan un nido y lo abastecen de polen y néctar. Primero crea recipientes de cera con las glándulas de su abdomen, en los que almacena el néctar. Finalmente, pone su primera cosecha de huevos en las bolas de polen que ha traído, creando un «grupo de cría». La reina criará sola la primera tanda de abejas obreras, teniendo que buscar comida, incubar el grupo de cría, defender el nido y alimentarse. Los huevos eclosionan en larvas, parecidas a gusanos, y progresan a través de varias etapas larvarias antes de hilar un capullo y completar la transformación, llamada metamorfosis, en obreras adultas.
A principios de verano
Las primeras obreras emergen de sus capullos de seda 2-3 semanas después de ser puestas como huevos, y se encargan de las tareas de búsqueda de comida, cuidado de la cría y defensa del nido. A partir de ese momento, la reina permanecerá dentro de la colonia poniendo huevos y cuidando de la cría. El nido es incubado, con temperaturas que rondan constantemente los 30C incluso cuando la temperatura exterior es mucho más fría, incluso hasta 0C.
Termino del verano y/u otoño
Las colonias suelen alcanzar su tamaño máximo, oscilando entre 30 y más de 400 individuos (dependiendo de la especie). En este momento, la reina comienza a poner huevos no fecundados, que se convertirán en machos, llamados zánganos, y las obreras comenzarán a criar los huevos fecundados en nuevas reinas, llamadas ginas. Los zánganos y las ginas abandonan el nido y se aparean. En este punto, la producción de obreras suele haber cesado, y las obreras y la reina fundadora morirán de forma natural, dejando sólo a las ginas recién apareadas. El momento de pasar a ser reproductores (zánganos y ginas) varía en el tiempo dependiendo de la especie, ocurriendo tan pronto como a finales de junio, y tan tarde como en agosto-septiembre.
Invierno
Las ginas apareadas acumularán reservas de grasa y localizarán un lugar adecuado para pasar el invierno – por lo general cavando en suelos sueltos y paja. A continuación, las ginas entran en diapausa sintetizando moléculas de alcohol (similares al anticongelante) para proteger sus células y órganos de la congelación. Un letargo típico oscila entre 6 y 9 meses.