Situado en La boca, el Caminito es una calle museo de casas pintadas de colores, típicas de las viviendas de los inmigrantes que llegaron a caracterizar esta zona portuaria hacia fines del siglo XIX y principios del XX.
El Caminito seguía la ruta de un antiguo arroyo que desembocaba en el Riachuelo, y que luego, al secarse el río, formó parte de una ruta ferroviaria. Tras el cierre del ferrocarril, la calle quedó en gran parte abandonada hasta que en la década de 1950 un grupo de vecinos decidió regenerar la zona y el artista local Benito Quinquela Martín comenzó a utilizar los conventillos como su lienzo.
Hoy en día, hay varias obras de artistas argentinos incorporadas como parte del museo de la calle y el Caminito se ha convertido en uno de los favoritos de los visitantes de la ciudad. Varios restaurantes ofrecen espectáculos de tango y bailes folclóricos, y la calle se llena de artistas que ofrecen artesanías y pinturas originales.
Los edificios de inquilinato de madera y chapa son típicos de los conventillos, viviendas precarias y comunales construidas por los inmigrantes genoveses a partir de finales del siglo XIX. Muchas viviendas están construidas sobre cimientos elevados debido a las frecuentes inundaciones del pasado.