Seguir unos cuantos consejos mientras hierves los huevos supondrá la diferencia entre unos bonitos huevos cocidos y unos feos huevos con aspecto de monstruo agrietado. Estos consejos son especialmente importantes si tienes la intención de teñir los huevos para Pascua u otras fiestas o si tienes la intención de cortarlos por la mitad para hacer huevos rellenos. Aunque la parte que se filtra de la cáscara puede recortarse para que el exterior siga teniendo un aspecto presentable, el agua que entra en la cáscara cambia un poco la textura y el sabor a medida que el huevo se cuece. Para hacer los huevos cocidos más sabrosos, lo mejor es evitar que la cáscara se rompa.
Utilice huevos que lleven más tiempo en la nevera. Cuanto más viejo sea un huevo, más pequeño será el contenido de su interior y esto evitará que el huevo terminado se hinche por dentro mientras se cocina, haciendo que la cáscara se rompa.
Deje que los huevos alcancen la temperatura ambiente antes de cocinarlos si va a hervir el agua primero. Añadir huevos fríos al agua tibia o caliente aumenta las posibilidades de que se rompan.
Baje los huevos lentamente a la olla utilizando una espumadera, ya que si los deja caer demasiado rápido podrían romperse. No llene demasiado la cacerola con huevos. Los huevos necesitan espacio para moverse un poco mientras hierven y cuanto más interacción tengan con otros huevos, mayores serán las posibilidades de que se rompan durante la cocción.
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Coloque los huevos en la cacerola y cúbralos con agua fría del grifo. El agua debe subir 1/2 pulgada por encima de la parte superior de los huevos.
Añada una cucharadita de vinagre al agua para sellar cualquier pequeña grieta que pueda estar presente o que pueda ocurrir como resultado de que los huevos se golpeen entre sí o con la cacerola. Esto evitará que se formen grietas más grandes.
Cocine los huevos a una temperatura más baja. Esto eliminará el exceso de movimiento causado por la ebullición demasiado rápida, reduciendo aún más las posibilidades de que las cáscaras se agrieten.