Cómo convertirse en fotógrafo freelance: Consejos y trucos para triunfar en el mercado freelance

En el instituto, me di cuenta de que quería ser fotógrafo profesional. Quería estudiar fotografía en la universidad, pero desgraciadamente mi universidad, para la que tenía becas, no ofrecía la fotografía como especialidad, ni siquiera como asignatura secundaria. Así que, en su lugar, estudié lo que quería fotografiar -la naturaleza y la gente- por la vía de la biología y la antropología, y me enseñé fotografía por el camino. Cuando me gradué, surgió la gran pregunta: ¿Y ahora qué? Me convertí en fotógrafo freelance, y nunca he mirado atrás.

Entrar en el juego de los freelance no es una tarea fácil – tanto cuando estaba empezando como en 2019. En lugar de conseguir un trabajo como una persona «normal», los freelancers asumen los riesgos (y las recompensas) de emprender un negocio por sí mismos. Si decides convertirte en autónomo, no podrás permitirte el lujo de ser solo un fotógrafo. Tendrás que ser de todo, desde contable hasta ejecutivo de marketing o conserje. Llevarás muchos, muchos sombreros. Pero, al final, puede merecer la pena si haces las cosas bien. Aquí hay algunas cosas que debes tener en cuenta si tienes el ojo puesto en la comunidad de fotógrafos autónomos. No se trata sólo de averiguar cómo ganar dinero. También se trata de gestionar tu vida de la mejor manera posible.

Elige tu veneno

Lo más importante antes de empezar es decidir qué tipo de fotografía quieres hacer. Tanto si se trata de fotografía de retratos, de productos, de bodas o de stock, o de una combinación de varios géneros, tendrás que decidir en qué eres bueno o te gustaría llegar a serlo. Tener un enfoque te ayudará en tu estrategia de marketing y te facilitará conseguir trabajos de fotografía freelance. Y lo que es más importante, tienes que averiguar qué es lo que te gusta fotografiar. Porque una vez que decidas eso, necesitarás…

Invertir en un buen equipo de fotografía

Se va a necesitar mucho dinero para convertirse en un fotógrafo profesional adecuado. No estoy diciendo que el equipo de nivel de consumo es una mala manera de empezar, pero con el tiempo, usted aprenderá los límites de ese equipo esencial y quiere actualizar de todos modos. Yo he invertido decenas de miles de dólares en todo, desde cuerpos de cámara (necesitarás más de uno) hasta objetivos, equipos de iluminación, ordenadores y todos los artilugios que hacen que un estudio fotográfico funcione sin problemas. Puede que te lleve tiempo reunir tu arsenal, pero no creas que puedes salirte con la tuya con una Canon Rebel durante mucho tiempo.

Consigue un plan legal

Este no puede ser subestimado. Antes de calcular tu tarifa por hora y diseñar un logotipo, tienes que legalizarte. Averigüe lo que se necesita para convertirse en un negocio legal en su ciudad y estado. Obtén tu licencia de impuestos sobre las ventas, diseña una estructura empresarial adecuada para ti con la ayuda de un contable, rellena el formulario W-9, etc. Estás dirigiendo una pequeña empresa, así que será mejor que actúes como tal. Si no lo haces, seguramente te pasará factura más adelante. Y no te olvides del equipo y del seguro de responsabilidad civil. Nunca te arrepentirás de tenerlo una vez que lo uses por primera vez.

Ahora que lo básico está fuera del camino, hay algunas cosas que debes recordar sobre la vida de freelance que te harán o te romperán. La fotografía freelance es tanto un juego de salud mental como un juego de fotografía. Por supuesto, estas cosas se aplican al trabajo freelance en general, pero los fotógrafos no son una excepción.

Trátalo como un trabajo real

Cuando trabajas para ti mismo, es fácil olvidar que aunque eres tu propio jefe, en realidad no eres tu propio jefe. Eres dueño de un negocio de fotografía independiente. Todos y cada uno de los nuevos clientes que tienes son tus jefes, ¡incluso los clientes potenciales! Los clientes (o los clientes potenciales) pueden hacerte una revisión del rendimiento en cualquier momento. Tendrás plazos que tienes que cumplir, estándares de calidad que tienes que alcanzar y «compañeros de trabajo» con los que tienes que camelarte.

Formar una rutina

Es increíblemente fácil pensar que la vida de autónomo no es la vida real. Si te formas una rutina (que te ayude a tratarlo como un «trabajo real»), te ayudará a evitar que te absorba el mundo real. Intenta mantener un horario «normal de trabajo» lo mejor que puedas. Levántate a la misma hora todos los días. Ponte los pantalones aunque no salgas de casa. Intenta terminar tu trabajo del día a la hora en que tus amigos y familiares salen del trabajo para poder pasar un tiempo de calidad con ellos.

Toma tiempo libre

Dicho esto, una de las ventajas de la vida freelance es la flexibilidad en tu horario. No te olvides de tomarte tiempo libre. Haz viajes, ve cosas nuevas, sal a la calle y recárgate. Los autónomos suelen trabajar bastante más de 40 horas a la semana, así que es vital que saques tiempo para el ocio o te quemarás más rápido de lo que crees.

Trabaja más inteligentemente, no más duro

Cuando tienes un negocio propio, tienes que hacer el trabajo de mucha gente en un tiempo limitado. Hay muchas maneras de trabajar, y yo sugiero trabajar más inteligentemente, no más duro. Gasta el dinero en las aplicaciones que te ahorrarán tiempo. Paga a un contable para que presente los impuestos de tu empresa para ahorrarte el tiempo de hacerlo tú mismo (probablemente de forma incorrecta). Sincroniza tus calendarios en todos tus dispositivos. Realiza varias tareas como un profesional. Programa tiempo para las redes sociales para evitar distracciones constantes. Utiliza las funciones de sincronización de Lightroom para acelerar tu flujo de trabajo de edición. La lista continúa.

Medita

Cuando las cosas se ponen difíciles, lo mejor que he encontrado es tomar un tiempo para ti mismo y simplemente sentarte. El acto de «sentarse» no es tan fácil como parece. Sólo tienes que encontrar un lugar tranquilo y tratar de sentarte sin moverte, concentrándote en tu respiración, durante 5-10 minutos seguidos. Tu mente intentará arrastrarte de nuevo a la espesa realidad, pero cuanto más practiques, más fácil te resultará observar tus pensamientos desde la distancia, organizarlos y luego despejarlos. Tus niveles de estrés bajarán, y serás capaz de manejar este estilo de vida un poco mejor. Y entonces podrás salir a la calle, hacer algunas fotos para ti en lugar de para un cliente, y recordar por qué empezaste a hacer esto en primer lugar.

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