Cuando la mayoría de la gente piensa en el cambio de color, piensa en pulpos o camaleones, pero la capacidad de cambiar rápidamente de color está sorprendentemente extendida.
Muchas especies de crustáceos, insectos, cefalópodos (calamares, sepias, pulpos y sus parientes), ranas, lagartos y peces pueden cambiar de color.
Todos ellos tienen una cosa en común: son ectotermos (animales que no pueden generar su propio calor corporal del mismo modo que los mamíferos y las aves) y sólo los ectotermos tienen las células especializadas que permiten el cambio de color.
Mira los primeros 20 segundos del vídeo de abajo – te dejará boquiabierto:
La coloración en los animales se produce por la reflexión y dispersión de la luz por parte de las células y los tejidos, y por la absorción de la luz por los pigmentos químicos dentro de las células de la piel.
En los ectotermos, las células que contienen pigmentos se denominan cromatóforos y son las principales responsables de generar el color de la piel y de los ojos.
Cambiadores de color en vertebrados
En los ectotermos vertebrados (como las ranas, los lagartos y los peces), existen tres tipos principales de cromatóforos:
- xantóforos, que contienen pigmentos amarillo-rojos
- iridóforos que contienen pilas incoloras de cristales o plaquetas que reflejan y dispersan la luz para generar tonalidades como el azul, blanco y ultravioleta
- melanóforos, que contienen pigmento negro de melanina
Los melanóforos desempeñan un papel crucial en el cambio de color.
Son células grandes, en forma de estrella, con largos «brazos» (dendritas) que se extienden hacia la superficie de la piel.
El cambio de color se produce debido al movimiento de «paquetes» de pigmento de melanina (melanosomas) dentro de los melanóforos.
Cuando el pigmento de melanina se agrega dentro del centro de la célula, la piel aparece muy pálida, mientras que cuando se dispersa por los brazos de los melanóforos hacia la superficie de la piel, el animal aparece oscuro.
Debido a que los brazos de los melanóforos se extienden entre y sobre los otros tipos de cromatóforos (generando amarillos, rojos, azules, etc.), la variación del grado de dispersión de la melanina puede ocultar o revelar esos cromatóforos, variando así el color del animal.
El cambio de color también puede ocurrir debido a los cambios en el espaciamiento de las pilas de plaquetas o cristales dentro de los iridóforos, lo que cambia la forma en que reflejan y dispersan la luz, y por lo tanto su color.
Trucos de los cefalópodos
En los cefalópodos, las estructuras conocidas como cromatóforos son muy diferentes a las de los vertebrados.
Los cromatóforos de los cefalópodos contienen un saco lleno de pigmento, rodeado de fibras musculares radiales.
Estos músculos se contraen para cambiar el tamaño y la forma del saco lleno de pigmento (por ejemplo, un disco delgado y plano frente a una esfera pequeña), lo que da lugar al cambio de color casi instantáneo y espectacular.
Debajo de los cromatóforos de los cefalópodos hay otros dos tipos de células:
- iridóforos, que son muy parecidos a los iridóforos de los vertebrados
- leucóforos, que parecen blancos
Cuando los sacos de pigmento se contraen, estas otras células quedan al descubierto, cambiando los colores que vemos.
Así pues, aunque el cambio de color en los cefalópodos y en los camaleones implica a los cromatóforos, éstos son estructuras muy diferentes, al igual que el mecanismo del cambio de color.
En los camaleones, el cambio de color se produce debido al movimiento de los pigmentos dentro de los cromatóforos, mientras que en los cefalópodos, el cambio de color se produce debido a los «órganos cromatóforos» controlados por los músculos que cambian la forma de los sacos de pigmentos.
Apretar el gatillo
El cambio rápido de color puede producirse debido a varios «desencadenantes», como la temperatura o la luz (una respuesta refleja a través de receptores sensibles a la luz en la piel).
Por eso los camaleones son muy pálidos por la noche cuando duermen, pero se oscurecen en cuanto se les ilumina con una linterna (y sólo en el lado en el que incide la luz).
Lo más importante es que los animales cambian de color en respuesta a su entorno (incluyendo variaciones en el color de fondo, presencia de depredadores, compañeros o rivales).
Necesitan evaluar su entorno para saber a qué color cambiar.
La información sobre el entorno de un animal (procedente de los sentidos) es procesada por el cerebro y éste envía señales directamente, o a través de hormonas, a los cromatóforos.
Todo cambio
El cambio de color es una habilidad muy útil.
Dado que los animales que cambian de color no pueden generar su propio calor corporal, el cambio de color puede ayudar a los animales a regular su temperatura corporal.
Así, cuando hace frío, una lagartija puede ser oscura porque los colores oscuros absorben más calor, mientras que cuando hace calor, una lagartija puede volverse muy pálida porque los colores claros reflejan el calor.
Pero quizás las dos funciones más importantes del cambio de color son el camuflaje y la comunicación.
El cambio de color permite a los animales emitir destellos de colores brillantes para advertir a sus rivales o atraer a sus parejas, mientras permanecen camuflados en otras ocasiones.
Los machos de la sepia gigante utilizan ondas móviles de rayas blancas y negras en exhibiciones agresivas y de cortejo (véase el vídeo de arriba), mientras que los camaleones muestran una impresionante gama de llamativos patrones de color.
Sin embargo, cuando no se comunican entre sí, están magníficamente camuflados.
El cambio de color permite una flexibilidad sin parangón, y quizá por eso lo encontramos tan fascinante.