Área de distribución:
Suroeste de Estados Unidos; norte y suroeste de México hasta el norte de Guatemala
Hábitat:
Este lagarto habita en matorrales desérticos y bosques espinosos tropicales; pasa hasta el 98 por ciento de su vida bajo tierra para evitar el calor del desierto.
Características:
Se le reconoce por las rayas y manchas que varían del blanco al amarillo en su piel negra y abultada, llamadas ostiodermos. Estas protuberancias únicas son las que le dieron el nombre de lagarto de cuentas. El lagarto de cuentas mexicano y su primo, el monstruo de Gila, son las dos únicas especies de lagartos que tienen esta apariencia de cuentas.
Este lagarto también tiene una cola gruesa y carnosa que es ligeramente más corta que el resto del cuerpo, y extremidades cortas y poderosas.
Comportamiento:
Estos lagartos se encuentran más a menudo en madrigueras durante el calor del día y se vuelven activos por la noche cuando hace más frío en el exterior. Hibernan cuando las temperaturas se mantienen constantemente frescas durante el día. Cuando el alimento es escaso, el lagarto mexicano de cuentas vive de las reservas de grasa de la cola. La grasa se almacena en la cola del lagarto haciendo que parezca hinchada. Cuando las reservas de grasa se agotan, la cola vuelve a aparecer delgada.
Aunque los lagartos de cuentas parecen lentos, son capaces de moverse rápidamente cuando se ven amenazados. También pueden producir un sonido sibilante para advertir a los intrusos. Si esto no funciona, pueden morder al depredador, proporcionándole un doloroso mordisco venenoso.
Reproducción:
Las lagartijas de cuentas mexicanas alcanzan la madurez sexual entre los dos y los tres años de edad. El cortejo y el apareamiento se producen en septiembre y octubre (primavera donde viven). Los machos entablan un combate ritual que puede durar varias horas; el ganador tiene el privilegio de aparearse con la hembra. La hembra pone entre dos y 22 huevos entre octubre y diciembre y los entierra. Después se marcha y las crías nacen en junio o julio siguientes. Suelen tardar dos o tres días en eclosionar por completo. Miden entre 15 y 20 centímetros de longitud.
Hechos interesantes:
Los lagartos de cuentas mexicanos y su pariente cercano, el monstruo de Gila, se creían antes los dos únicos lagartos venenosos que había en el mundo. Sin embargo, nuevas investigaciones indican que hasta otras 100 especies de lagartos podrían ser también venenosas, incluido el famoso dragón de Komodo.
Los lagartos de cuentas poseen glándulas venenosas en sus mandíbulas inferiores. Son glándulas salivales modificadas. Cada glándula tiene un conducto separado que lleva a la base de sus dientes acanalados. Para administrar la toxina, los lagartos mastican el veneno en su presa. La mordedura es muy fuerte y dolorosa, sobre todo porque pueden no aflojar su agarre durante varios segundos. El veneno es una hemotoxina débil y, aunque las muertes en humanos son raras, puede causar insuficiencia respiratoria y a menudo enferma a las personas. Si una persona es mordida, debe buscar rápidamente tratamiento médico. No existe ningún antiveneno para su mordedura.
A diferencia de las personas, en la naturaleza si la comida es escasa, este lagarto puede estar sin comer durante largos períodos. Almacena grasa en su cola para poder sobrevivir cuando no come. Los científicos se preguntaban por qué el lagarto era capaz de mantener y controlar sus niveles de insulina y glucosa entre comidas. Lo que descubrieron fue una nueva proteína en la saliva y el veneno del lagarto que ha ayudado a desarrollar nuevos fármacos para tratar la diabetes. Se podría decir que el lagarto de cuentas tiene un súper escupitajo!
Conservación:
En la naturaleza, este lagarto ayuda a mantener controladas las poblaciones de roedores. Está amenazado por la pérdida de hábitat debido al desarrollo, las actividades recreativas humanas y la recolección ilegal para el comercio de mascotas.
¿Sabías que? | ||
A diferencia de las serpientes venenosas, los lagartos de cuentas no pueden expulsar por la fuerza la toxina de sus glándulas venenosas, sino que tienen que masticar el veneno en su víctima. | ||