El hammam (o spa) marroquí es conocido en todo el mundo como una experiencia de lujo, aunque el ritual exacto del hammam sigue siendo un misterio para muchos. Entre las nubes de vapor, los jabones de argán hechos a mano, las mascarillas de arcilla curativa, los exfoliantes y los intensos masajes, se esconde el humilde propósito de estos baños públicos: limpiarse. La visita cuesta alrededor de un dólar (10 dirhams marroquíes), con diferentes horarios de funcionamiento para hombres y mujeres. Para los no iniciados, la experiencia puede ser un poco confusa. Por lo general, se recorren cuatro salas (vestuario, sala fría, sala templada y sala caliente) en traje de baño o ropa interior, enjuagándose primero con savon bildi (jabón negro) en la sala templada. A continuación se pasa a la sala caliente, donde se aclara, se friega y se respira el vapor, antes de volver a la sala templada para un último enjabonado (y quizás un masaje). La última parada es la sala fría, donde lo que hay que hacer es sentarse un rato, charlar con un amigo y comer una mandarina o una naranja fresca.
Una nota de etiqueta: las mujeres a veces pueden ir totalmente desnudas (basta con mirar a su alrededor para ver si alguien más se desnuda hasta sus trajes de cumpleaños). Los hombres, sin excepción, deben llevar el traje de baño puesto en todo momento. Puede parecer extraño llevar el traje de baño o la ropa interior mientras se lava, pero es la norma. También encontrará que los hammams locales pueden ser bastante ruidosos. Ten en cuenta que, para mucha gente, este es el lugar al que acudir para cotillear y compartir noticias con los amigos.
Las parejas o los viajeros que busquen una experiencia más tranquila deberían dar prioridad a uno de los hammams de gama media o alta que se encuentran por todo Marruecos. A partir de 25 dólares (250 dirhams marroquíes) se puede vivir una experiencia íntima y relajante mientras los asistentes le frotan, exfolian y masajean durante una hora. Saldrá con una sensación de frescura y vigor, y al mismo tiempo con la sensación de que podría echarse una buena siesta.
En los hammams locales, se espera que traiga todo, lo que le da una buena excusa para ir a comprar todas las delicias de baño marroquíes que querrá llevarse a casa. Los más importantes son el savon bildi y el ghassoul (arcilla). El savon bildi está disponible en diferentes aromas, siendo los más populares el eucalipto, la menta silvestre, el azahar y el aceite de argán. El aceite de argán, en particular, tiene numerosos beneficios: hace brillar el cabello y reduce la inflamación y las cicatrices en la piel. Muchos hombres y mujeres utilizan el aceite de argán para combatir el acné y las estrías.
Qué llevar
- Sandalias o chanclas
- Un cubo de plástico
- Un vaso (tradicionalmente sería de latón, pero cualquier taza sirve)
- Una toalla
- Un kis (el guante para fregar)
- Savon bildi (jabón negro)
- Ghassoul (arcilla)
- Champú
- Acondicionador
- Gel de ducha o pastilla de jabón
- Algo para cubrir la mitad inferior (bañador o ropa interior, aunque ten en cuenta que podrían mancharse si vas a aplicarte henna o podrían estirarse debido al vapor)
- Una muda de ropa limpia
- Una naranja para comer mientras te relajas en la sala de enfriamiento antes de cambiarte de ropa
Ya sea que te sumerjas en la experiencia del hammam local o que optes por uno de los spas de moda y de alta gama, el resultado final será el mismo: estarás más limpio que nunca.
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