Arpía, en la mitología clásica grecorromana, criatura fabulosa, probablemente un espíritu del viento. Sin embargo, la presencia de arpías como figuras de tumbas hace posible que también fueran concebidas como fantasmas. En la Odisea de Homero eran vientos que se llevaban a la gente. En otros lugares, a veces se las relaciona con los poderes del inframundo. Homero menciona una arpía llamada Podarge (pie veloz). Hesíodo menciona dos, Aello y Okypete (Stormswift y Swiftwing).
Estas primeras Arpías no eran en absoluto repugnantes. Sin embargo, más tarde, sobre todo en la leyenda de Jasón y los Argonautas, fueron representadas como aves con cara de mujer, horriblemente asquerosas y repugnantes. Fueron enviadas para castigar al rey tracio Fineo por sus malos tratos a sus hijos; las arpías arrebataron la comida de su mesa y dejaron un olor repugnante. Calais y Zetes, los hijos de Boreas, lo liberaron finalmente. Virgilio imitó el episodio en la Eneida; llamó a la arpía principal Celaeno (oscura).