Alprazolam, fármaco utilizado en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y del pánico. El alprazolam está clasificado como una benzodiacepina (un fármaco que produce un efecto calmante y sedante) y es comercializado bajo la marca Xanax por Pfizer, Inc.
El alprazolam fue patentado en la década de 1970, habiendo sido desarrollado por J.B. Hester en Upjohn Company (posteriormente parte de Pfizer, Inc.). En 1981 fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su uso en personas que sufren ansiedad o trastorno de pánico. Se toma por vía oral, generalmente en forma de comprimido, y está disponible en una formulación de liberación prolongada, lo que permite que el fármaco esté disponible para el organismo de forma gradual tras su toma y, por tanto, se reduce la frecuencia de administración.
El alprazolam ejerce sus efectos al unirse a un sitio especial del receptor del ácido gamma-aminobutírico A (GABAA) en el sistema nervioso central. Esta acción de unión aumenta la afinidad del receptor con el neurotransmisor inhibidor GABA. El aumento de la actividad del GABA reduce la transmisión de los impulsos neuronales en el cerebro que se asocian con la ansiedad y el pánico.
El alprazolam puede causar una variedad de efectos secundarios, algunos más graves que otros. Ejemplos de sus efectos secundarios leves son mareos, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas y estreñimiento. Los efectos secundarios graves pueden incluir confusión, convulsiones, pérdida de coordinación y alucinaciones. El alprazolam interactúa con una serie de otros fármacos, aumentando potencialmente el riesgo de efectos secundarios, y debe evitarse el consumo de pomelo y su zumo debido a los efectos del pomelo en el metabolismo del alprazolam. Puede producirse dependencia del alprazolam, incluso en dosis moderadas, y pueden presentarse síntomas de abstinencia cuando se deja de tomar el medicamento.