Un afluente es un arroyo o río que desemboca y se une a un río principal. No desemboca directamente en el mar. El lugar donde el afluente y el río principal se unen se llama confluencia.
El origen de un afluente se llama su fuente. Es el lugar donde el agua comienza su viaje hacia el océano o el mar. La fuente suele estar en un terreno elevado, y el agua puede proceder de diversos lugares, como lagos, deshielos y manantiales submarinos. Un río puede crecer mucho en su recorrido desde el nacimiento hasta la desembocadura, ya que otros afluentes se unen a él y añaden su carga de agua a su caudal. Las aguas subterráneas también pueden aumentar el volumen del río. El río Amazonas tiene miles de afluentes. Todos ellos lo alimentan para convertirlo en el mayor río del mundo por su volumen.
No todos los afluentes fluyen durante todo el año, ya que pueden verse afectados por las condiciones meteorológicas. Durante los meses de verano, por ejemplo, los pequeños afluentes pueden secarse por completo, dejando lechos de barro seco.
El río Misisipi es el más largo de Norteamérica, con unos 3.780 kilómetros. Tiene numerosos afluentes, como el río Ohio y el río Missouri.