Definiendo la adicción al trabajo
Aunque el término adicción al trabajo se ha convertido en un lugar común, ha habido poca investigación empírica (y consenso) sobre lo que significa que alguien se refiera como adicto al trabajo. La modesta cantidad de investigación existente se ha realizado de forma fragmentaria. Sin embargo, sin una definición común, resulta difícil desarrollar una imagen holística de la adicción al trabajo.
Una perspectiva comúnmente sostenida es que la adicción al trabajo es simplemente una forma extrema de implicación en el trabajo. Aunque los dos constructos se han considerado sinónimos en la literatura profesional, la implicación en el trabajo es claramente distinta de la adicción al trabajo en el sentido de que la implicación en el trabajo tiene un componente de actitud con respecto al trabajo, mientras que la adicción al trabajo se refiere a patrones de comportamiento y a una perspectiva general del trabajo. Una alta implicación en el trabajo no se relaciona necesariamente con la adicción al trabajo, ya que los trabajadores pueden estar muy comprometidos con su trabajo y considerarlo un elemento clave en sus vidas, pero no ser adictos al trabajo (por ejemplo, pueden dejar el trabajo al final de una jornada de ocho horas y no pensar en él hasta volver al trabajo al día siguiente). Por lo tanto, la adicción al trabajo no es simplemente un caso extremo de implicación en el trabajo.
En un intento de definir la adicción al trabajo, algunos investigadores han puesto un requisito cuantitativo en sus fronteras en el sentido de que el número total de horas trabajadas por semana determina las tendencias adictivas al trabajo. Los estudios han demostrado, sin embargo, que el número de horas trabajadas no es por sí mismo un indicador de la adicción al trabajo. Muchas razones externas, como la necesidad de dinero o el clima organizativo (es decir, el ambiente general del lugar de trabajo), pueden explicar las largas horas de trabajo de un individuo. Los adictos al trabajo, por el contrario, pueden estar intrínsecamente motivados para trabajar muchas horas debido a su incapacidad para desvincularse del trabajo.
Otras investigaciones han destacado factores adicionales, como las actitudes y las características basadas en los valores de la adicción al trabajo. Desde estas perspectivas, la adicción al trabajo puede conceptualizarse en términos de la actitud del trabajador con respecto al trabajo, incluyendo el entusiasmo, el compromiso y la implicación. Otro cuerpo emergente de la literatura definió la adicción al trabajo como compuesta por tres tendencias conductuales: gastar tiempo discrecional en actividades laborales, pensar en el trabajo cuando no se está trabajando, y trabajar más allá de los requisitos organizativos o económicos. La medida de autoinforme de la adicción al trabajo más utilizada, desarrollada por las psicólogas estadounidenses Janet T. Spence y Ann Robbins, utiliza una escala que consta de tres factores: implicación excesiva en el trabajo, motivación para trabajar y falta de disfrute del trabajo.