¿Quién corre el riesgo de ser acosado?
Cualquiera puede ser víctima del acoso escolar, sin embargo, algunos niños corren más riesgo de ser acosados que otros. Los niños que son menos populares y tienen menos amigos tienden a ser víctimas de acoso, mientras que los niños que son populares tienen más probabilidades de ser acosadores. Otros factores de riesgo asociados al acoso escolar son:
- tener rasgos físicos diferentes a los de los compañeros, por ejemplo, tener sobrepeso o un peso inferior al normal, llevar gafas o tirantes, tener una discapacidad física, pertenecer a un grupo racial diferente, llevar ropa que los niños consideran «poco elegante».
- Tener una discapacidad cognitiva
- Identificarse como lesbiana, gay, bisexual o transexual
- Ser visto como molesto
- Ser visto como débil o indefenso y con pocas posibilidades de defenderse.
- ser percibido como socialmente torpe y tener pocos amigos
Sin embargo, tener cualquiera de estas características no significa automáticamente que un niño vaya a ser acosado.
Trastornos que aumentan el riesgo de sufrir acoso escolar (ya sea como acosador o como víctima):
- Torno por déficit de atención
- Trastornos del espectro autista
- Discapacidades de aprendizaje
- Trastorno oposicionista desafiante (TOD)
- Trastorno de Tourette
¿A quién afecta el acoso escolar?
El acoso escolar afecta tanto a la víctima como a los espectadores. Las víctimas del acoso corren el riesgo de padecer trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos, trastornos alimentarios y abuso de sustancias. El empeoramiento de los sentimientos de aislamiento y depresión puede contribuir al comportamiento suicida y a otras formas de autolesión.
El acoso escolar puede tener graves efectos negativos también en los espectadores y testigos. Aprenden a percibir su escuela o entorno como inseguro, también pueden desarrollar ansiedad o depresión por presenciarlo y pueden empezar a evitar la escuela.
¿Cuáles son las señales de que su hijo puede ser víctima de acoso escolar?
Es útil saber qué señales buscar si sospecha que su hijo puede ser víctima de acoso escolar. Algunas señales de advertencia son:
- Se muestra reacio a ir a la escuela o se niega rotundamente a ir.
- Afirma con frecuencia que le duele la cabeza, el estómago o que se siente mal, pero no parece haber ninguna razón médica subyacente.
- Tiene problemas para dormir y pesadillas frecuentes.
- Muestra poco interés en salir con sus amigos y evita las situaciones sociales.
- Llega a casa con heridas inexplicables.
- Parece tener baja autoestima, se encierra en su habitación, parece irritable.
- Informa de que se pierden o destruyen libros aparatos electrónicos u otras pertenencias.
- Come menos, a veces se salta el desayuno o la cena, o se da atracones.
- Sus notas están bajando, parece no estar interesado en la escuela.
Tenga en cuenta que a veces un niño puede no mostrar ningún signo de que está siendo acosado. Para estar al tanto de lo que le ocurre a su hijo en la escuela, hable con él regularmente. Interésese por su jornada escolar y hágale preguntas concretas sobre el acoso. Por ejemplo: «¿Hay niños malos en tu clase? ¿A quién suelen molestar? ¿Hay alguien que sea malo contigo?»
¿Cómo puedo saber si mi hijo está siendo acosado o sólo está involucrado en los desacuerdos?
A diferencia de la discusión ocasional, la pelea a gritos o la refriega, el acoso escolar ocurre repetidamente, no es un hecho aislado. Implica un desequilibrio de poder físico o social entre dos personas o dos grupos, en el que el autor o los autores tienen más poder y la víctima menos. También implica que una persona intente dañar intencionadamente a la otra. Puede ser físico (empujones, puñetazos, patadas) o verbal (insultos, cotilleos, difusión de rumores), y también puede ocurrir a través de medios sociales como Facebook, Twitter o Instagram.