A veces imaginamos que deberíamos ser algo distinto de lo que somos. Pensamos que lo que somos no es suficiente o está mal. Nos comparamos con otros y nos imaginamos que ellos lo tienen todo resuelto; que son correctos o que viven como deberían. ¿Nunca nos miramos a nosotros mismos de esta manera? ¿Nos vemos desde un lugar de completa aceptación? A menudo nos juzgamos por lo que no somos. Para vivir tu vida plenamente, debes llegar a un lugar de completa aceptación de lo que eres. Imagina vivir la vida no desde un lugar de descontento, sino desde un lugar de autoestima y satisfacción.
Nos frenamos a nosotros mismos cuando no nos aceptamos plenamente por lo que somos. Imagina que no te comparas con nadie más. En su lugar, vive tu vida tal y como eres y sé feliz en cómo te ves a ti mismo. La vida no consiste en comparar, juzgar o alterar lo que somos para encajar. La vida consiste en llegar a un lugar más claro en nuestro interior. Cuando nos aceptamos a nosotros mismos, nos abrimos a más. Empezamos a entender quiénes somos porque no intentamos cambiar lo que somos. La aceptación consiste en dejar de lado la idea de que debes ser algo distinto de lo que eres. Imagina que te miras a ti mismo por donde estás ahora y ves con claridad todo lo que eres, no todo lo que no eres. ¿Qué ves y cómo te sientes? Mírate como una persona que está destinada a vivir esta vida como realmente es.
Imagina no verte desde un lugar de duda, miedo o preocupación. Imagina ser quien eres y disfrutarlo. Todo esto puede ocurrir cuando dejas de pensar que no eres suficiente o que deberías ser más. Al aceptarte como eres, empiezas a ver tu verdadero yo. Ya no te escondes en tu interior porque crees que deberías cambiar. Ser tú mismo y aceptar quién eres te da el espacio para disfrutar y amar la vida. No te mires a ti mismo desde un lugar de lo que imaginas que los demás podrían pensar. Más bien, mírate desde un lugar de aceptación.
Nosotros somos los únicos que podemos aceptarnos de verdad. Los demás vendrán y se irán. No nos proporcionarán la verdadera confianza que necesitamos para ser nosotros mismos. Cuando crees en quien eres, siempre estarás bien. Cuando te aceptes siempre, nunca te sentirás menos, indigno o sin confianza. La aceptación desempeña el mayor papel en nuestra autoestima. Al aceptarte por completo, dejas de lado la idea de que no eres suficiente. Todo esto va unido y el paso más fácil para ver quién eres realmente es creer que eres lo que debes ser. Acéptate y despierta a tu verdadero yo.